domingo, 11 de marzo de 2012

Hay ciertas cosas en la vida de una persona, que forman parte de su pasado, de un momento concreto de su vida. Sin embargo perviven como si se reviviesen en primera instancia. Duelen, son tristes. Pero debemos pensar que sólo es mero pasado. No tenemos porque revivirlas de nuevo, no cogeremos nada satisfactorio de ellas y mucho menos serán útiles. La mayoría de las cosas del pasado que marcan suelen ser  malos recuerdos. Muchos de ellos tardan tiempo en superarse, dejan secuelas en el corazón. Pero lo importante es saber vivir con ellos, dejarlos en un segundo plano y vivir la vida. Vivir los bonitos momentos que nos quedan, vivir la felicidad que se tiene ahora, aunque se requiera tiempo. Tiempo para reflexionar.


 Es hora de olvidar y disfrutar. Es hora de ser completamente feliz.